Cómo profundizar en la personalidad de un coachee para lograr una transformación auténtica.

En el mundo del coaching, uno de los mayores desafíos es lograr una transformación auténtica en el coachee. Esto requiere ir más allá de lo superficial para entender las motivaciones, valores y creencias que moldean su comportamiento. Para lograrlo, es fundamental conocer la estructura interna de la personalidad del coachee. En este artículo, exploraremos cómo utilizar el modelo de Robert Dilts y otros enfoques clave para facilitar cambios profundos y efectivos en las personas.

La estructura de la personalidad según Robert Dilts

Robert Dilts, reconocido como uno de los principales referentes en programación neurolingüística (PNL) y coaching, propone un modelo para comprender la personalidad basado en la metáfora de un iceberg. Este modelo divide la personalidad en niveles que explican desde las conductas más visibles hasta las motivaciones más profundas:

1. Entorno y comportamiento: Son las partes visibles del iceberg, lo que el coachee hace, dice y el contexto en el que actúa.
2. Habilidades y estados emocionales: Representan el «cómo» del comportamiento. Incluyen las capacidades, actitudes y emociones que sustentan las acciones.
3. Creencias y valores: Son los motores internos que guían las decisiones. Las creencias representan ideas generalizadas, mientras que los valores impulsan las motivaciones profundas.
4. Identidad: Define quién es el coachee a un nivel esencial.
5. Conexión transpersonal: Representa la conexión del coachee con los demás y con algo más grande que sí mismo.

Este modelo ofrece una herramienta poderosa para explorar los niveles más profundos de la personalidad y detectar incoherencias que generan sufrimiento o conflictos internos.

Cómo identificar las creencias y valores limitantes

El coaching efectivo no solo aborda lo que el coachee hace o cómo lo hace, sino también las creencias y valores que motivan sus acciones. Estas son algunas claves para identificar posibles bloqueos en estos niveles:

• Observar incoherencias entre valores y comportamiento: Por ejemplo, alguien que valora la creatividad pero trabaja en un entorno rígido puede experimentar insatisfacción constante.
• Escuchar creencias limitantes: Expresiones como «no soy capaz de…» o «siempre tengo que ser el número uno para ser válido» revelan ideas profundamente arraigadas que pueden estar bloqueando el progreso.
• Conectar las acciones con el para qué: Preguntar «¿para qué haces esto?» ayuda a vincular las conductas con los valores subyacentes.

Por ejemplo, en el caso de un coachee que tiene miedo de fracasar en su trabajo, el coach podría descubrir que detrás de ese miedo hay una creencia limitante como «si fracaso, no valgo nada». Identificar esto abre la puerta a trabajar en una nueva perspectiva más constructiva.

El papel de los valores como motores de cambio

Los valores son como el combustible que impulsa la acción. Un valor, como la familia, puede motivar a una persona a tomar decisiones significativas en su vida. Sin embargo, cuando un coachee tiene valores en conflicto, el resultado puede ser confusión o inacción. El coaching puede ayudar a:

1. Definir los valores esenciales: Hacer que el coachee identifique cuáles son sus valores prioritarios.
2. Traducir esos valores en acciones concretas: Preguntar «¿qué acciones específicas puedes hacer para honrar este valor?».
3. Resolver conflictos entre valores: Ayudar al coachee a elegir cuál valor priorizar en caso de conflicto, fomentando la coherencia interna.

Por ejemplo, un coachee que valora tanto el éxito profesional como la familia puede necesitar explorar cómo equilibrar ambas áreas sin sentirse culpable.

Cómo facilitar cambios profundos en el coaching

El coaching puede generar cambios a distintos niveles del iceberg. Aunque no siempre es necesario llegar al nivel más profundo de identidad, estos pasos ayudan a profundizar de manera efectiva:

1. Cambiar comportamientos específicos: Por ejemplo, desarrollar un nuevo hábito o mejorar habilidades.
2. Trabajar en las creencias: Identificar creencias limitantes y reemplazarlas por creencias más funcionales.
3. Transformar valores: Explorar si los valores actuales del coachee están alineados con su propósito o si necesita priorizar otros.
4. Reconectar con su identidad: Ayudar al coachee a responder preguntas como «¿quién soy?» y «¿quién quiero ser?».

Un ejemplo sería un coachee que siente que ha perdido su identidad en su trabajo actual. El coach podría trabajar con él para explorar sus valores y descubrir que su verdadera pasión está en ayudar a los demás, lo que le lleva a redefinir su propósito profesional.

Superar la resistencia al cambio

Muchas veces, los coachees muestran resistencia al cambio porque temen lo desconocido o están demasiado identificados con sus creencias actuales. Algunas estrategias para superar esta resistencia incluyen:

• Validar los sentimientos del coachee: Escuchar sin juzgar y mostrar empatía.
• Explorar el miedo al cambio: Preguntar «¿qué crees que perderías si hicieras este cambio?».
• Conectar con el beneficio del cambio: Ayudar al coachee a visualizar cómo sería su vida si lograra superar sus bloqueos.

Por ejemplo, un coachee con una creencia de «no soy bueno para liderar equipos» puede temer asumir un puesto de liderazgo. El coach puede ayudarle a identificar experiencias pasadas que contradigan esta creencia y a crear una nueva narrativa sobre sí mismo.

Conclusión

Lograr una transformación auténtica en el coaching implica ir más allá de lo superficial y explorar los niveles más profundos de la personalidad del coachee. A través del modelo de Robert Dilts y una comprensión profunda de los valores, creencias y motivaciones, los coaches pueden facilitar cambios significativos en sus clientes. Esto no solo mejora su desempeño en áreas específicas, sino que también les ayuda a vivir de manera más alineada y auténtica.

Si eres coach o estás interesado en el crecimiento personal, recuerda que el cambio comienza en los niveles más profundos. Atrévete a explorar, desafiar y transformar para desbloquear tu máximo potencial.