El coaching teleológico se ha consolidado como una herramienta altamente efectiva para impulsar el crecimiento personal y profesional. Este modelo se basa en un enfoque claro: llevar al cliente hacia una meta específica a través de un proceso bien estructurado y el uso de preguntas poderosas.
Vamos a explorar cómo funciona este proceso y cómo se pueden utilizar las preguntas transformadoras para lograr resultados impactantes.
¿Qué es el coaching teleológico?
El término «teleológico» proviene del griego “telos”, que significa «finalidad» o «objetivo». En el coaching teleológico, cada sesión tiene un propósito claro: ayudar al cliente a definir y alcanzar metas concretas. Se trata de un enfoque orientado a resultados, donde cada conversación y pregunta está diseñada para guiar al cliente hacia un cambio significativo y duradero.
Este modelo de coaching es especialmente útil para personas que buscan una transformación profunda, ya sea en su vida personal o profesional. A diferencia de otros enfoques, el coaching teleológico se enfoca en el «para qué», lo que permite que el cliente identifique claramente el propósito detrás de sus acciones y decisiones.
La estructura de una sesión de coaching teleológico
Una de las claves del coaching teleológico es que sigue una estructura clara y lógica, lo que permite que el cliente avance de manera efectiva hacia sus objetivos. A continuación, se detalla cómo se organiza este proceso:
1. La sesión cero: estableciendo las bases
La primera interacción entre coach y cliente es crucial. Aquí se define si el cliente está realmente preparado para embarcarse en un proceso de coaching. Se aclaran las expectativas, se firma un acuerdo que compromete a ambas partes, y se comienza a construir una relación de confianza.
Además, es fundamental que el cliente entienda desde el principio que es responsable de su propio cambio. El coach está ahí para guiar, pero el verdadero compromiso debe venir del cliente. En esta etapa también se suele definir el número de sesiones y se pueden aclarar aspectos técnicos como la grabación de las mismas, si es necesario.
2. Definir el tema del día
Una vez establecida la relación y el acuerdo, cada sesión comienza con una pregunta clave: “¿De qué vamos a hablar hoy?”. Aquí el cliente expone el tema que quiere trabajar en esa sesión específica.
Esta fase es fundamental porque ayuda a centrar la conversación en lo que realmente importa en ese momento, evitando que la sesión se disperse en múltiples direcciones.
3. Definir el objetivo de la sesión
Después de identificar el tema, el siguiente paso es aclarar el objetivo de la sesión. ¿Qué quiere lograr el cliente hoy? Esta fase es más corta que la primera, pero igual de importante, ya que define lo que el cliente espera obtener de la conversación. El objetivo puede variar en cada sesión, pero siempre debe ser claro y concreto.
4. Explorar la realidad actual
Una vez que el objetivo está claro, es hora de analizar la realidad del cliente. ¿De dónde parte? ¿Qué ha hecho hasta ahora para alcanzar ese objetivo? En esta fase, el coach ayuda al cliente a tomar conciencia de su situación actual y de los factores que influyen en su capacidad para lograr su meta.
Aquí se formulan preguntas que invitan a la reflexión y que permiten al cliente entender mejor su punto de partida.
5. Explorar alternativas
Esta fase está dedicada a generar ideas y explorar posibles caminos de acción. ¿Qué alternativas tiene el cliente para alcanzar su objetivo? El coach puede hacer preguntas como: «Si un amigo estuviera en tu lugar, ¿qué le aconsejarías?».
stas preguntas abren nuevas perspectivas y ayudan al cliente a identificar soluciones que quizás no había considerado antes.
6. Compromiso con la acción
El coaching no se trata solo de tomar conciencia, sino de actuar. En esta fase, el cliente define claramente qué acciones va a tomar después de la sesión. El compromiso es clave para asegurar que el proceso de coaching conduzca a resultados concretos y sostenibles.
Preguntas como «¿A qué te comprometes hoy?», «¿Qué vas a hacer después de esta sesión?», ¿Qué harás la próxima vez que te enfrentes a esta situación?», buscan que el cliente defina acciones claras y se comprometa con ellas para lograr su objetivo final.
El coach debe garantizar que el cliente se responsabilice de sus acciones y se comprometa a implementar lo discutido.
7. Síntesis y cierre
Finalmente, el coach guía al cliente a hacer una síntesis de la sesión. ¿Qué ha aprendido? ¿Qué se lleva de la conversación? Este paso es vital para consolidar el aprendizaje y asegurarse de que el cliente ha tomado conciencia de su progreso.
La importancia de las preguntas poderosas en el coaching
El poder del coaching teleológico radica en las preguntas. Las preguntas poderosas son aquellas que invitan a la reflexión, que desafían las creencias del cliente y que abren nuevas posibilidades. No son preguntas directivas ni tienen una respuesta obvia; en cambio, permiten que el cliente descubra sus propias respuestas.
Por ejemplo, preguntas como «¿Qué es lo más importante para ti en este momento?», o «¿Qué estarías haciendo si no tuvieras miedo?», invitan al cliente a profundizar en su autoconocimiento y a encontrar soluciones creativas a sus problemas. Este tipo de preguntas son el motor del cambio en el coaching teleológico.
¿Cómo saber si el cliente está listo para el coaching?
No todas las personas están preparadas para un proceso de coaching. A veces, un cliente puede necesitar terapia o algún otro tipo de apoyo antes de embarcarse en un proceso orientado a metas. Durante la sesión cero, el coach debe evaluar si el cliente está listo para asumir la responsabilidad de su cambio y si realmente está comprometido con el proceso. Si no lo está, es mejor ser honesto y derivarlo a otro profesional.
Conclusión
El coaching teleológico, cuando se basa en preguntas poderosas y sigue una estructura clara, puede generar cambios profundos y duraderos en los clientes. No se trata de dirigir al cliente, sino de acompañarlo en su propio descubrimiento y empoderarlo para que tome decisiones conscientes y efectivas. Si estás buscando una forma de coaching que no solo te ayude a alcanzar metas, sino que también te ofrezca una mayor claridad sobre tu propósito, el coaching teleológico es una opción ideal.
El éxito del coaching radica en la relación de confianza entre coach y cliente, el compromiso con la acción y, sobre todo, en el poder de las preguntas que transforman la manera en que el cliente ve su realidad y su potencial.
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