Que no lo digo yo. Lo dicen los resultados que, por alguna razón, no terminan de llegar.
La pregunta es: ¿por qué no llegan?
Podrías culpar al mercado, a la competencia o a los algoritmos de Instagram.
Sin embargo, eso simplemente sería victimizarte y buscar responsables fuera de algo que siempre está dentro.
Porque, como bien sabes, el verdadero bloqueo está en ti
Y antes de que te pongas a la defensiva o me cierres este email de golpe, déjame decirte algo:
Te entiendo.
He estado ahí.
Sé lo que es sentir que, por más que trabajas, te esfuerzas y sacrificas, los resultados no llegan. Pero también sé que culpar a todo lo que está fuera de ti no te llevará a ninguna parte.
La verdad está dentro de ti.
Siempre, está dentro de ti.
Así que, déjame hacerte una pregunta:
¿En qué partes de tu negocio te falta confianza?
Vamos, sé honesto. Porque aquí no se trata de ser políticamente correcto ni de fingir que lo tienes todo bajo control.
Te falta autoestima.
Y si no te lo crees tú, si no crees en lo que ofreces y en lo que haces, ¿cómo coño esperas que lo hagan los demás?
Así de simple.
Mira, piensa en esto:
¿Cuántas veces te has sentido incapaz de lograr lo que te proponías en tu negocio?
¿Cuántas veces te has comparado con ese de tu competencia, al que tanto odias, que parece tenerlo todo resuelto?
¿Cuántas veces te has preguntado si realmente mereces tener el éxito que sueñas?
Ya, ya sé lo que estás pensando. Porque yo también lo pensaba.
¿Y qué haces en esos momentos?
¿Te motivas a ti mismo o simplemente sigues ese bucle de autocrítica destructiva?
Déjame decirte algo: no estás solo en esto. Pero si no resuelves de una vez por todas tu problema de autoestima, vas a seguir dando vueltas en un círculo infinito.
Repitiendo el mismo patrón de siempre.
Trabajas, te esfuerzas, te matas a currar… y nada.
No ves los resultados. Y claro, te frustras.
Entonces, ¿qué podrías hacer para empezar a solucionar esto?
Te doy algunas ideas claras, prácticas y, sobre todo, aplicables desde hoy mismo. Porque si no empiezas ya, no empezarás nunca.
1. Reconoce y celebra tus logros, joder
¿Cuántas veces acabas algo importante y en lugar de darte un segundo para respirar y celebrar, pasas de inmediato a la siguiente tarea?
Es un maldito hábito autodestructivo.
Imagina esto: acabas de lanzar un infoproducto, algo en lo que te has dejado la piel. ¿Lo primero que haces es mirarte al espejo y decirte: «Qué crack soy, tío»?
No.
Lo que haces es mirar los resultados y decir: «No es suficiente. Debería haber vendido más.»
Te invito a hacer algo ahora mismo: haz una lista de tus logros de los últimos seis meses.
No, en serio. No sigas leyendo esto como un robot desconectado de la vida, haz la puta lista ahora.
Hazla.
Incluye todo: desde pequeños avances hasta grandes hitos. Desde ese cliente difícil que conseguiste hasta ese curso que lanzaste y que, aunque no te dio los tres millones que esperabas, fue un paso adelante.
Ahora, pregúntate:
¿Cómo te sentirías si te tomaras el tiempo de celebrar cada pequeño éxito?
¿Te parecería presunción? Porque no lo es. Es reconocimiento personal.
¿Qué vas a hacer hoy para darte el crédito que te mereces?
2. Deja de compararte con otros. Punto.
A ver. ¿Te has dado cuenta de lo que haces cada vez que abres Instagram y ves a ese tipo que acaba de anunciar su último lanzamiento millonario?
Automáticamente, piensas: «¿Por qué yo no estoy ahí?»
Deja de hacer eso.
Que lo dejes de hacer te digo.
¿Te has parado a pensar en todo lo que esa persona ha tenido que pasar para llegar ahí? Todas las hostias, todas las caídas, toda la mierda que ha comido para llegar a donde está.
Quizás lleva años en esto. Quizás invirtió miles en publicidad. O quizás, simplemente, su situación no tiene nada que ver con la tuya.
Deja de mirar hacia afuera y empieza a mirar hacia adentro.
Mira, si estás construyendo tu audiencia y no crece al ritmo que esperabas, ¿qué haces? ¿Lamentarte y compararte con los demás, o enfocarte en lo que ya has conseguido?
¿Y si no te entran tantos leads como querías? ¿Y si esa campaña te da un CPL más alto?
¿Y si?
La próxima vez que te pilles comparándote con otro emprendedor, hazte esta pregunta clave:
«¿Qué puedo aprender de él en lugar de sentirme menos?»
Porque, al final del día, tu único puto referente deberías ser tú.
3. Rodéate de personas que te empujen, no que te frenen
Mira, voy a ser brutalmente honesto: tu entorno es clave.
Y si te rodeas de gente que no entiende lo que haces, que te mira raro cada vez que hablas de tu negocio o que cuestiona tus decisiones, estás jodido.
¿Sabes lo que es lidiar con personas que no entienden por qué haces lo que haces? Yo sí.
Personas que te dicen: «¿Y por qué no te buscas un trabajo de verdad?»
(Son esas personas suelen tener trabajos que ellos mismos odian y que les mantienen a una nómina de la indigencia, pero esa es otra historia).
Lo que quiero decirte es que necesitas rodearte de personas que te impulsen. Personas que crean en ti, que entiendan tu camino, que se suban al mismo barco que tú.
¿Qué impacto tendría en tu negocio estar en un entorno que te apoye y te anime en lugar de derribarte?
Rodéate de otros emprendedores. Busca grupos de mastermind, tribus online, colegas emprendedores con los que puedas hablar tomándote algo en una terraza..
Te aseguro que tu vida cambiará.
4. Aprende a fallar con orgullo
Porque, amigo de la abundancia, el fracaso es el único camino al éxito.
Te lo repito: el único.
Cuando algo no sale como esperabas, ¿qué haces? ¿Te culpas o te paras a aprender?
Si lanzas un producto y no alcanzas las ventas que esperabas, ¿qué te dices? ¿»No soy lo suficientemente bueno»? ¿”Mira que lo sabía, no tenía que haber lanzado eso”?
Deja de machacarte.
¿Qué tal si en lugar de castigarte, ves cada error como una lección?
Si lanzas algo y no funciona, en lugar de lamentarte, pregúntate: «¿Qué puedo aprender de esto?»
El fallo es aprendizaje, y si no lo aceptas, no avanzarás. Es así de simple.
Tatúate esto: fallar no significa que no eres suficiente. Significa que estás avanzando.
5. Actúa antes de sentirte listo
¿Estás esperando a sentirte «listo» para lanzar ese nuevo producto, servicio o curso?
Te voy a decir algo: nunca estarás listo.
Jamás.
Así que deja de buscar excusas y lánzate.
Por ejemplo, si tienes una idea para un ebook, un audio curso o una membresía, ¿por qué no lanzas una versión beta ahora mismo y mejoras en el camino?
La acción genera confianza, no al revés.
Entonces, ¿qué harás hoy, dentro de un rato, al terminar este mismo email, aunque no te sientas completamente preparado?
Ok, ahora, volvamos al principio.
¿Qué vas a hacer para empezar a desatar tu autoestima como emprendedor?
No hace falta que lo hagas todo de golpe, pero elige un punto y empieza.
Porque si sigues esperando, si sigues dándole vueltas en la cabeza sin tomar acción, vas a seguir igual.
Empieza hoy, aunque sea con algo pequeño.
Porque con cada paso que des, tu confianza crecerá.
Porque tú eres tu activo más valioso.
Cuídalo.
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