A veces, la vida te pone frente a una de esas situaciones.
Una de esas situaciones, dónde la única opción es avanzar.
No retroceder. Tampoco quedarnos como estamos.
Avanzar.
Una situación donde la única forma de volver a casa es ganando.
Bueno, eso es exactamente lo que hizo Alejandro Magno hace siglos.
Si no conoces la historia, te cuento rápido.
Desembarcó con su ejército, enfrentándose a un enemigo superior en número.
Sus soldados estaban desmotivados.
Atemorizados.
¿Sabes lo que hizo?
No insultó a su enemigo en Twitter.
Tampoco fue a pedir una paga al Estado.
El tío, que tenías los huevos bien grandes, mandó quemar sus propios barcos.
Le dijo a sus soldados:
—Mirad chavales, la única manera de salir vivos de aquí es darle de hostias a nuestros enemigos y volver a casa en sus barcos.
(Bueno, algo así les diría)
Entonces, sin opción de retirada, solo quedaba luchar para ganar.
Ok, entonces yo te pregunto.
¿Cuáles son esos barcos que te mantienen en tu zona de confort?
¿Es la seguridad de un negocio que no va mal, pero tampoco va bien del todo?
En serio, te lo pregunto en serio.
¿Cuáles son esos miedos que te paralizan?
¿Cuáles son esas creencias que te limitan?
En definitiva…
¿Cuáles son esos barcos que te frenan?
Tómate un minuto y piénsalo, hazme caso.
Porque la única forma que existe de abordar lo que nos falta es tomando consciencia de ello.
Mira, hay barcos que afectan a casi todos los emprendedores y empresarios que conozco.
A mí mismo me afectaron, no creas.
Me refiero a esos barcos que te mantienen en la comodidad y te impiden tomar los riesgos necesarios para crecer empresarialmente.
Y aquí estamos para lograr la abundancia empresarial. No lo olvides.
Te cuento algunos:
El miedo al fracaso
Ese miedo constante a que si das un paso hacia adelante, todo se desmoronará.
¿Te imaginas que Alejandro hubiera dudado y no hubiera quemado sus barcos?
El fracaso no es el fin, es el maestro.
La seguridad de un salario constante
El confort de recibir un ingreso cada mes, sin importar si tu negocio crece o no, es como un ancla que te impide zarpar hacia nuevas oportunidades.
La verdadera seguridad está en tu capacidad de aportar valor y de generar dinero infinito con ello.
La falta de confianza en tu equipo
No delegas porque piensas que nadie puede hacerlo mejor que tú.
Sin embargo, te estás ahogando en tareas que otros podrían manejar.
Confía y verás cómo la magia sucede.
La rutina y la comodidad
Ya sabes, ese pensamiento de «siempre lo he hecho así».
Como si la inercia fuera una excusa válida para no mover el culo y evolucionar.
La evolución es la base del crecimiento y siempre, siempre, nace fuera de la zona de confort.
El miedo al cambio
Temes que cualquier modificación pueda llevar al desastre….
Sin darte cuenta de que el verdadero desastre es no cambiar nunca.
El cambio es la única constante en el camino al éxito.
Entonces, te pregunto de nuevo:
¿Qué pasaría si quemaras esos barcos?
¿Qué pasaría si hoy decides que no hay vuelta atrás, que la única opción es avanzar?
La única manera de crecer, de lograr tu verdadera abundancia empresarial, es enfrentarte a esos miedos.
Quemar esos barcos y obligarte a luchar por lo que realmente quieres.
Entre otras cosas, porque en esta vida, o avanzas o retrocedes.
Y si te estás quedando quieto, ya sabes lo que estás haciendo.
Sí, es incómodo.
Sí, da miedo.
Pero la alternativa es quedarte estancado.
Y sé que no quieres eso.
Entonces, la tarea para hoy es que identifiques esos barcos.
Y que les prendas fuego sin pestañear.
Porque al final del día, la única forma de volver a casa es ganando.
Y yo estoy aquí para recordártelo.
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